Ingredientes para 8 comensales
- 2,5 Kg de carrilleras de ternera perfectamente limpias
- 1 l de caldo de carne
- 1 botella de vino timto
- 1 Cebolla Rojas
- 1 Cebollas Blancas
- 1 Pimiento verde y 1 Pimiento rojo
- 2 Zanahorias y 1 Puerro
- 1 Cabeza de ajos
- Carne de pimiento choricero y concentrado de tomate
Elaboración
Limpiamos perfectamente las carrilleras (esto nos lo harán en la carnecería o puesto de menúceles) las salpimentamos, y enteras las vamos pasando por la sartén o cazuela hasta que queden perfectamente selladas con un bonito color tostado. Las vamos reservando.
En el aceite de freír las carrilleras (quitamos aceite si vemos que es mucho, es mejor quitar e ir añadiendo al sofrito si hace falta) pochamos las verduras, cebollas rojas, cebollas blancas, pimientos rojos, verdes, puerros y zanahoria, con el agua que suelten las verduras desglasaremos el fondo de la perola de los restos de carne (Cuanto más pequeño es el corte antes se pochan). Cuando estén bien pochadas, ponemos una cucharada de carne de pimiento choricero y una pequeña de concentrado de tomate antes de añadir los líquidos.
Introducimos las carrilleras “enteras” en las verduras y mojamos mitad de vino tinto mitad de caldo hasta cubrir la carne, añadimos una cabeza de ajos entera y un par de hojas de laurel, dejamos a fuego bajo cocer entre 1,5 a dos horas o cuando estén perfectamente cocidas (no deben de presentar resistencia al pinchar con una puntilla)
Cuando estén ya guisadas, las sacamos a una fuente, trituramos las verduras (sacamos los ajos y el laurel) y si fuera necesario colamos para obtener una salsa muy fina que dejaremos reducir un poco en función de la textura que tenga, damos punto de sal. Cortamos las carrileras en tajadas y las introducimos en la salsa y las dejamos unos 15 minutos a fuego muy bajo, veremos como la salsa va espesando y oscureciendo.
Es el momento de añadir el polvo de setas, algún pate de trufa (yo pongo uno que compro en el C.I. Gourmet) y preparar la guarnición al gusto, cebolletas francesas y/o zanahorias escaldadas y glaseadas en mantequilla o unas patatas fritas o un arroz blanco.